Es cierto que existen ciertas diferencias entre las personas de Guatemala y Noruega, porque en Guatemala tu estas acostumbrado a saludar a todas las personas en la calle de una u otra forma: Buenos días, tardes o noches, o tal vez a saludar a alguien en la camioneta y porque no platicar con ella.
Pero en Noruega es todo lo contrario, nadie te saluda y no quiere decir que sea malo, es simplemente su cultura, esa palabrita que nos hace realmente diferentes a todos los pueblos del mundo y a la vez, especiales. No te voy a mentir, al igual que a muchas personas en Guatemala incluyéndome, a los noruegos les cuesta dar el primer paso, ese de decir hola, que tal, como te va, pero cuando tu le das tu confianza se convierte en una valiosa amistad y ellos se convierten en personas totalmente abiertas, que pueden compartir cualquier experiencia de su vida contigo y tu puedes hacer lo mismo. Te pueden regalar una sonrisa y un apreton de manos y sentirte bien.
Tenemos muchas diferencias como cultura y eso a veces es difícil de manejar, porque en tu vida te has acostumbrado a vivir de una manera, pero cuando tienes que vivir de otra manera es realmente emocionante, porque en cada cosa que haces aprendes, porque nunca lo has hecho y es aun mejor cuando tienes esa confianza de compartir también lo tuyo y crear un lazo reciproco que te permita aprender pero también enseñar, conocer pero también compartir, dar pero también recibir, y eso te permite esta gran experiencia, la oportunidad de intercambiar todo lo que Guatemala te ha dado y dárselo a Noruega, y que Noruega te de todo lo que es y que tu sepas aprovecharlo para tu bien. Así que nada de decir que los noruegos son fríos, al contrario cuando estés en un lugar diferente, ábrete y se tu mismo, pues al fin y a cabo, ser tu mismo, ser guatemalteco, es lo que te hace especial en cualquier parte del mundo...
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